Altas Capacidades en niños: todo lo que debes saber

Se define a los niños y adolescentes con altas capacidades o superdotados, como aquellos que muestran una elevada capacidad de rendimiento en las áreas intelectual, creativa y/o artística; poseen una desusada capacidad de liderazgo o sobresalen en áreas académicas específicas.

Al igual que otras características excepcionales, la superdotación plantea importantes exigencias sobre los recursos familiares y comunitarios. Conlleva riesgos de estrés psicosocial, aislamiento e incumplimiento de posibles logros, pues requieren servicios y actividades que comúnmente no brindan nuestras escuelas. Sin embargo, difieren de otras, en el pronóstico de las consecuencias para su vida y de las familias, que por supuesto es mejor.

Niños con altas capacidades, ¿Cómo son?

La prevalencia de niños con dotes académicas superiores, como regla empírica generalmente aceptada, es de un 3%. Según el Centro de Investigación y Documentación Educativa del Ministerio de Educación y Ciencia, el número de superdotados en España es de 300.000, de los cuales sólo están identificados alrededor de 2.650. Esto implica que el 99% de los alumnos superdotados nunca serán identificados.

No existe una definición precisa del niño superdotado, ya que es una población muy diversa y su alta capacidad cognitiva puede expresarse de distintas formas (superdotación, talento y genio).

La alta capacidad intelectual se puede expresar como:

  • Superdotación: capacidad intelectual global por encima del percentil 75 (P75) en todos los ámbitos de la inteligencia.
  • Talento: alta puntuación (P90) en una o varias aptitudes intelectuales, pero no en todas.
  • Genio: alta capacidad intelectual (superdotado o talento) con alta creatividad y productividad.

A lo largo del artículo se abordarán diferentes cuestiones qué pueden arrojar luz sobre el asunto.

¿Las altas capacidades son hereditarias?

A veces se oye que las altas capacidades intelectuales están condicionadas por el código genético. Sin embargo, la relación entre ambos no está tan clara ni es tan directa como se piensa.

En los años 70 se creía que el 80% de la inteligencia era heredada, por lo que la alta capacidad (conocida como superdotación en aquel entonces) dependía en un porcentaje muy alto de la genética.

En los últimos años, tras diferentes estudios, se señala que aproximadamente el 50% es hereditaria y el otro por ciento depende del entorno y la educación. Por tanto, parece ser que deben darse muchos otros factores, además de la carga genética, para que una predisposición intelectual se manifieste.

“Una alta inteligencia es el resultado de un entorno facilitador sumado a un cerebro receptivo”.

La inteligencia, al igual que ocurre con la conducta humana, es un rasgo complejo. Su definición ha ido evolucionando y se entiende que no es un término unitario, sino que se entiende como la habilidad para aprender, razonar, planificar, resolver problemas, pensar de manera abstracta, relacionar y comprender ideas complejas, así como ser capaz de responder de manera innovadora y/o creativa a las distintas demandas del entorno.

No obstante, no se puede saber con exactitud qué produce las diferencias individuales en cada una de las capacidades descritas; pero sí que es la herencia genética quien pudiera dar forma a cada una de estas competencias.

Al respecto, un estudio realizado en 2016 por la Universidad de Glasgow demostró que los genes asociados a las funciones cognitivas se heredan principalmente de las madres. En concreto, sería el cromosoma X el que determinaría, en gran parte, el potencial intelectual. Sin embargo, no está todo tan claro.

Asimismo, un estudio reciente publicado por la revista “Genetic Reference” ha demostrado que los entornos sociales son quienes nos moldean y ponen las condiciones para que podamos alcanzar o no todo nuestro potencial cognitivo. En este estudio, la herencia genética solo determinaría la inteligencia en un 40%. De esta forma, la alta inteligencia estaría fuertemente influenciada por el medio ambiente.

“Factores como la crianza, la educación, la disponibilidad de recursos en el aprendizaje y la nutrición, entre otros, serían quienes conforman y construyen el potencial intelectual”.

Kurt Lewin, padre de la psicología social moderna, realizó un estudio con unos gemelos separados al nacer y criados en diferentes contextos, concluyendo que un ambiente desfavorable, con escasos recursos, influye de manera notable en el desarrollo de la inteligencia.

Sin embargo, el potencial no queda completamente mermado por estas condiciones, no si la persona tiene en un determinado momento la oportunidad de enfrentarse o construir un entorno que le permita recuperar ese entorno enriquecedor “perdido”.

Asimismo, descubrió que cuando el gemelo criado en un entorno desfavorable tuvo acceso a otro más rico y que facilitaba sus metas, sus capacidades mejoraron, encontrando una motivación y un objetivo acorde a sus intereses.

Por lo tanto, vemos que el cerebro no es una entidad fija y estable, presenta plasticidad y sumado a otros factores podemos obtener resultados positivos y exitosos.

Ventajas que puede tener un niño con altas capacidades

Al tener un cerebro más rápido (mayor rapidez para procesar la información), junto con su gran memoria les facilita aprender rápidamente y almacenan muchos conocimientos con menos esfuerzo y pueden relacionarlos entre sí fácilmente con gran capacidad de innovación.

Se suele asociar a gran nivel de inteligencia altos niveles de generosidad, desarrollando una gran empatía al permitir comprender más rápidamente a los demás. Esto les ayudará en las relaciones sociales personales y en el ámbito laboral.

La buena capacidad de abstracción, unida a su hiperactividad mental, les resultará importante en el ámbito laboral, puesto que con menor tiempo de dedicación podrán alcanzar elevados niveles de productividad. La memoria visual maravillosa que poseen les ayudara a ser productivos de forma natural.

El buen sentido del humor les puede facilitar la sociabilidad, pero cuidado cuando no es entendido el humor por los demás.

Tienen alta capacidad para la resolución de problemas o conflictos, relacionada con su gran capacidad para investigar y cuestionarse las cosas, y con el pensamiento divergente (generación de ideas creativas mediante la exploración de muchas posibles soluciones). Esto les ayuda a desarrollar el pensamiento positivo y la resiliencia, ya que siempre habrá un escenario más positivo dentro de las múltiples opciones disponibles.

Suelen tener perseverancia y/o resistencia ante problemas, esto hace que se desarrolle su resiliencia y su tolerancia a la frustración e insistan hasta cumplir sus objetivos.

Desventajas que puede tener un niño con altas capacidades

Algunos de los riesgos que pueden presentar estos niños y niñas a nivel de personalidad, es que se sientan diferentes, desean ser “como los demás”, en ocasiones ocultan su talento con el fin de ganar amigos, ser aceptados en el grupo, evitar celos, envidias y competencias, además del efecto Pigmalión.

El aislamiento social también es un peligro común consecuencia del propio rechazo de los demás, en la infancia, en la adolescencia o en la edad adulta. Esto propicia la falta de habilidades sociales que no se han podido desarrollar adecuadamente al crecer en un entorno hostil.

En relación a la sensibilidad, los niños y niñas con altas capacidades pueden experimentar emociones fuertes, reaccionando a situaciones que pasan inadvertidas para otros. Por ejemplo, un niño de 8 o 9 años puede estar triste por la pobreza en el mundo, lo cual resulta extraño para otros niños, maestros y padres, y pueden sentirse rechazados. Parte de esta aparente sensibilidad es el producto de un desarrollo asincrónico, es decir, ideas y conceptos adelantados a emociones propias a su edad (síndrome de disincronía).

En muchas ocasiones los niños/as superdotado presentan una personalidad perfeccionista, este perfeccionismo puede llegar a ser extenuante, en particular, por el miedo al fracaso ante objetivos elevados y que al esperarse resultados extraordinarios, cuando no lo consigue surjan sentimientos de culpa y vergüenza. Además esto les hace ser muy exigentes y perfeccionistas en las actividades que desarrollan.

Al igual que la excesiva confianza en sí mismo les puede llevar a no esforzarse lo suficiente e incluso fracasar, a veces hasta el punto de tener que abandonar sus estudios, siendo el fracaso escolar el problema más frecuente. La excesiva confianza en sí mismo y la falta de capacidad de esfuerzo desarrollada durante muchos años de no tener que estudiar para seguir el ritmo de la clase.

Por estas características de la personalidad, sensibilidad y perfeccionismo, estos niños tienen riesgo de aislamiento social, negación a tareas escolares, rebeldía y acoso escolar. Al no comprenderse su conducta infantil con una capacidad de razonamiento tan elevado, puede aparecer un desequilibrio y falta de sintonía con sus iguales.

Como consecuencia pueden presentar estrés emocional, tristeza y depresión. Su perfeccionismo puede llevarle a una excesiva autocrítica y falta de confianza en sí mismo.

¿Cómo deben comportarse los padres de un niño con altas capacidades?

Os proponemos algunos consejos para padres y madres de niños y niñas con altas capacidades y talentos:

1. Recuerde que su hijo superdotado es todavía un niño. No importa su alto nivel intelectual, las necesidades fisiológicas de, por ejemplo, un niño superdotado de diez años cronológicos son las mismas que las de un niño no-superdotado, aunque distintas investigaciones han demostrado que sus necesidades sociales y emocionales se aproximan más a su edad intelectual.

2. Motive a su hijo a asumir riesgos intelectuales, pero sin presionarle. Los niños superdotados conocen sus límites y se animan a sí mismos cuando se les estimula, se les motiva o se les reta. Las presiones del entorno familiar a menudo les hacen encerrarse en sí mismos.

3. Elogie a su hijo superdotado por sus logros y por su perseverancia. La ansiedad que les produce el querer conseguir sus objetivos hace que se les tenga que alabar y tranquilizar frecuentemente. Ayúdele en sus esfuerzos y observe cómo su hijo precisa también su ayuda y guía.

4. Escuche a su hijo. Préstele atención. Su curiosidad le hace preguntar continuamente sus dudas. Su prodigiosa mente necesita que las contesten. Su inteligencia tiene la necesidad de ser estimulada y nutrida. Proporciónele acceso a todo tipo de fuentes educativas, tales como libros, revistas, enciclopedias, ordenadores, internet…

5. Apoye a su hijo superdotado en la búsqueda y seguimiento de sus pasiones e intereses. No fuerce que sus aspiraciones se tornen incumplidas. Déjele aspirar a lo que él desee ser y no a lo que usted quiere que sea.

6. Recuerde que su hijo es también humano. Déjele vivir como a él le guste. No le exija que esté despierto y “trabajando” cada minuto del día. Su mente se estimula también cuando está leyendo, jugando, soñando despierto o viendo la televisión.

7. Visite con su hijo bibliotecas, librerías, museos, galerías de arte, zoológicos, exposiciones científicas, lugares históricos y sitios de interés. Déjelo participar en clubs o asociaciones.

8. Fomente su originalidad. Ayúdele a conseguir y hacer todo aquello que responda a sus elevados intereses, alabando sus producciones como si fuesen “únicas en el mundo entero”. De ese modo, le ayudará a enorgullecerse del trabajo original y creativo.

9. Recuerde lo fina y frágil que es la línea que separa el “alentar” y el “presionar”. Esto es lo que puede marcar la diferencia entre un niño superdotado feliz y productivo y un niño superdotado insatisfecho y con bajo rendimiento escolar.

10. Por lo general, los niños superdotados tienen una aguda conciencia de los problemas adultos, tales como la vida/la muerte, el bien/el mal, la enfermedad, la guerra, el hambre, etc… Debido a su falta de experiencia y a su corta edad, son incapaces de llegar a resolver estos problemas, por lo que necesitarán su orientación y su apoyo.

11. Respete al niño y a su conocimiento. Permita que su hijo cometa sus propios errores, tenga paciencia y asuma que sus fallos no son intencionados. Permítale mucha libertad en temas poco trascendentes o materias insignificantes. No imponga su autoridad paterna excepto en crisis y problemas importantes.

12. Ayúdele con sus habilidades de estudio. Oriéntele y guíele en cómo planificar sus tareas escolares, sus deberes, obligaciones y proyectos en el hogar y en la comunidad.

13. No compare a su hijo superdotado con hermanos o amigos que no lo son. No lo favorezca o lo elijan para algo simplemente porque él es superdotado. Esto causará celos, resentimiento, alejamiento y rechazo entre sus compañeros o hermanos.

14. Enseñe y exija disciplina a su hijo superdotado del mismo modo que a sus hermanos o amigos que no lo son. La superdotación no puede nunca ser una excusa para un comportamiento inaceptable.

15. Recuerde que usted también es humano. Tiene una vida que vivir. Necesitará ayuda, orientación, apoyo y comprensión para apreciar y responder a las necesidades especiales de su hijo, sin que surjan sentimientos de inferioridad. Los sentimientos hostiles pueden conducirle, sin apenas darse cuenta, a la sobreprotección o a la dominación. No tema pedir ayuda para alcanzar sus objetivos.

Alicia Rodríguez Díaz-Concha, presidenta y fundadora de la Asociación Española para Superdotados y con Talento (AEST), con 25 años de experiencia al frente de esta asociación decana en la defensa de las personas con altas capacidades en España, incluye estos tres consejos más para los padres:

  • No imponga a su hijo obediencia sin razonamiento previo. Estos niños necesitan que las «órdenes» sean previamente razonadas.
  • Tenga en cuenta que los niños con altas capacidades suelen necesitar pocas horas de sueño.
  • Es posible que sus juegos no sean los habituales de los niños de su edad. No se preocupe, para ellos son juegos exactamente igual.

En síntesis, disfruta de tu hijo/a. Estos niños y niñas son curiosos, entusiastas, dinámicos, se emocionan y excitan con las cosas y los temas novedosos.

¿Cómo deben comportarse los profesores de un niño con altas capacidades?

La relación profesor-estudiante tiene una trascendencia significativa, que va más allá de la simple transmisión de contenidos y las experiencias de enseñanza-aprendizaje, pues el desarrollo de las habilidades y de los aprendizajes estará estrechamente ligado a las emociones y a la interacción con el otro (Álvarez, Riquelme y Carrasco 2016).

Las expectativas que los profesores, a partir de diversas fuentes (informaciones previas, primeras observaciones, aspecto físico, sexo) generan en relación a sus alumnos, pueden mantenerse, si existe acuerdo entre ellas y las actuaciones de estos, o modificarse, cuando lo que se produce es discrepancia; el que se mantengan estables o cambien depende también de otros factores, como la rigidez de las expectativas iniciales (Coll et al., 2000 citado por Álvarez et al., 2016).

Por lo tanto, las expectativas docentes son fundamentales para el futuro rendimiento y conducta del estudiante, así como también en su motivación hacia el aprendizaje.

El efecto Pigmalión en la práctica docente hace referencia a que la expectativa que tiene una persona sobre otra puede llegar a influir en el rendimiento de dicho sujeto. Este efecto tiene influencia sobre la autoestima, el rendimiento, las actitudes, la motivación y los comportamientos del alumnado.

Tiene una doble dirección y nos obliga a ser conscientes de la importancia de mostrarle a un alumno confianza y expectativas de éxito en sus tareas para que trate de hacer realidad las esperanzas que se han depositado en él. La labor esencial del profesorado es lograr que el alumnado tenga un autoconcepto positivo con el que pueda enfrentarse a los retos educativos.

Es preciso recordar que el fracaso escolar está íntimamente relacionado con la autoestima y con ciertos mecanismos psicológicos, por lo que conviene estudiar los estereotipos, los prejuicios y la manera de afrontarlos desde la escuela (Cano-de-Pablo, García-González, Solera y Barragán, 2016). La aplicación del mismo permitirá al docente brindar la confianza al niño para ayudarlo a que tenga una buena autoestima y así lograr que él crea en sí mismo (Reys, 2016)

¿Cómo se si mi hijo tiene altas capacidades?

La información aportada por los padres, el conocimiento del desarrollo precoz de estos niños y el uso de cuestionarios puede ser suficiente para la identificación de una alta capacidad cognitiva.

A continuación enumeraremos características comúnmente asociada con dotes escolares superiores.

Entre 1 y 4 años

  • Facilidad de obtención.
  • Desarrollo precoz del lenguaje.
  • Mantiene una conversación (2 años).
  • Control de esfínteres (2 años).
  • Conoce los colores (2 años).
  • Memoriza cuentos, canciones y oraciones (2,5 años).
  • Dibuja la figura humana (2,5 años).
  • Interés por lo que le rodea, frecuentes preguntas.
  • Curiosidad e interés por aprender.
  • Realiza puzles a 20 piezas (2.5 años).
  • Cuenta hasta 10 (2.5 años).
  • Lee con facilidad (4 años).

Entre 4 y 6 años

  • Se relaciona con adultos y niños mayores que él.
  • Disfruta leyendo cuentos y libros.
  • Curiosidad insaciable.
  • Comprensión rápida e intuitiva.

De 6 años en adelante

  • Vocabulario amplio.
  • Gran memoria a largo plazo.
  • Comprende y maneja conceptos abstractos complejos.
  • Habilidad para recordar problemas no resueltos.
  • Habilidad para hacer conexiones entre distintos conceptos.
  • Placer en plantear y resolver nuevos problemas.

Características de los niños con altas capacidades

Si bien cada niño/a es único/a, diferente y con un perfil individualizado. Existe una serie de características comunes que nos pueden hacer sospechar que nos encontramos ante un niño/a con un desarrollo cognitivo más avanzado. Que el de los demás niños de su misma edad cronológica, es decir, con altas capacidades intelectuales. Estas pueden ser:

Área afectiva-emocional

  • Hipersensibles y emocionalmente muy intensos. Sus reacciones emocionales son desmesuradas en relación a las situaciones vividas.
  • Disincronía entre lo mental y lo emocional. Los adultos creen que reacción emocional será equivalente a su madurez intelectual, lo que les genera sobre exigencia por parte del entorno.
  • Enérgicos y activos. Pueden ser niños muy ágiles y trepadores.
  • Gran curiosidad.
  • Baja tolerancia a la frustración ante la inactividad, falta de progreso o los errores.
  • Gran sentido moral, ético y de la justicia.
  • Agudo y desarrollado sentido del humor.

Área cognitiva

  • Desarrollo precoz del lenguaje (hacia los 12 o 18 meses). Empiezan pronunciando muchas palabras y enseguida pueden mantener una conversación con vocabulario y léxico propio de fases muy posteriores.
  • Aprendizajes específicos de manera temprana (lectura, escritura, matemáticas). Aprenden autónomamente y hacen transferencias de conocimientos a otras áreas con naturalidad.
  • Elevada comprensión de ideas complejas.
  • Predominio del pensamiento lógico y racional.
  • Alta capacidad de observación.
  • Gran capacidad de concentración para tareas de su interés. Sobre todo, en tareas que captan su interés. Son persistentes en sus objetivos.
  • Capacidad de creación y construcción ricas y/o creativas.
  • Autonomía para la búsqueda de conocimiento sobre temas de interés.
  • Habilidad para elaborar estrategias diferentes para resolver problemas.
  • Pensamiento divergente (tendencia a relacionar ideas de manera no habitual u obvia).

Área personal

  • Críticos y exigentes tanto con ellos mismos como con los demás.
  • Perfeccionistas.
  • Suelen cuestionar a la autoridad e intentar imponer sus criterios, bien la de los padres o la de los maestros. Así mismo, intentan, casi siempre, imponer su criterio. Son desobedientes.
  • Resistencia a las instrucciones u órdenes dadas por los demás.
  • Pueden ser rígidos e inflexibles. No obstante, En algunos casos presentan un comportamiento obsesivo.
  • Necesidad de éxito; son vulnerables al fracaso y al rechazo de los compañeros.

Área de motivaciones e intereses

  • Preocupación por temas abstractos, profundos y transcendentales. Así como, el origen de la vida y el universo, la muerte, la religión, etc.
  • Se aburren ante tareas mecánicas o repetitivas.
  • Responden ante las exigencias que suponen un reto o desafío.

Bibliografía

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Ana Díaz. (2018). Consejos para padres- Altas capacidades y talentos.. Altas capacidades y talentos . https://www.altascapacidadesytalentos.com/consejos-para-padres/

Acereda Extremiana, Amparo: Niños superdotados. Editorial Pirámide. 2010. (Pgs 106-114).

Milner-Davis, Jessica (1996) The gifted child in the family: Responding to the early childhood years. Talk given at the NSWAGTC 1996 Annual General Meeting, Sydney.

Marian Sirera Conca. (2020). Ventajas y peligros de los niños con Altas Capacidades Intelectuales. Red CENIT. Centros de Desarrollo Cognitivo.. https://www.redcenit.com/ventajas-y-peligros-de-los-ninos-con-altas-capacidades/

Solís García, P. y Borja González, V.. (2017, mayo 25). El efecto Pigmalión en la práctica docente.. Publicaciones Didácticas, 83, pp. 193-195

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