Según la Organización mundial de la salud, la depresión infantil es un trastorno mental bastante frecuente que se caracteriza con la presencia de bajo estado de ánimo, irritabilidad, disminución del interés de actividades placenteras de la vida diaria, sentimiento de culpabilidad, baja autoestima, presente todos los días durante un largo periodo de tiempo.
Es una enfermedad que abarca alrededor de un 2% de la población infantil y un 5% en población adolescente, suele pasar desapercibida, pero es importante detectar los síntomas para poder tratarla y ayudar al menor.
Contenido de este artículo
Toggle¿Cuáles son los síntomas de la depresión infantil en niños o adolescentes?
- Estado de ánimo deprimido la mayor parte del día casi todos los días, ya sea que lo exprese el niño o sea observado por otros.
- Estado de ánimo irritable presente casi todos los días
- Pérdida o aumento importante de peso o fracaso para el aumento de peso esperado
- Insomnio o fatiga o pérdida de energía casi todos los días.
- Sentimiento de inutilidad o culpabilidad excesiva inapropiada para su edad.
- Disminución de la capacidad para concentrarse presente todos los días y con un cambio drástico.
- Pensamientos relacionados con la muerte de manera recurrente.
- Todos estos síntomas causan un deterioro de la vida social y personal del niño.
Factores de riesgo para la depresión infantil
Existen varios factores de riesgo para la depresión infantil, ya sean a nivel individual o a nivel ambiental.
En primer lugar, una historia familiar con trastornos depresivos, a nivel genético hay una predisposición en estos casos. También influye el sexo del menor en la que durante la adolescencia se duplica la probabilidad de padecer depresión en el caso del sexo femenino.
Otro factor de riesgo puede ser los problemas de salud crónicos, ya sean físicos o psicológicos como en el caso de trastornos de ansiedad, trastornos de conducta o tendencia a experimentar estados emocionales negativos combinados con una baja autoestima.
Por otro lado, hay factores ambientales que pueden influir, como acontecimientos vitales estresantes tales como pérdidas, separación o divorcio… Trastorno psíquico en los padres especialmente con depresión y ansiedad o trastorno de abuso de alcohol y sustancias, negligencia en los cuidados básicos en la infancia, así como maltrato o abuso en la infancia.
Además, pueden afectar problemas relacionados con la vida diaria como fracaso escolar, mala adaptación al centro académico, conflictos interpersonales o pérdida de amistades, acoso o rechazo en el colegio.
Circunstancia de vida especiales como niños sin hogar, institucionalizados, refugiados o emigrantes tienen más riesgo de padecer este trastorno.
Diagnóstico de la depresión en niños
Para realizar un diagnóstico de depresión en niños y adolescentes es necesario acudir a un centro psicológico infantil especializado donde un profesional, realice una valoración del menor con la sintomatología que presenta tanto de él cómo de su entorno. Se realiza con entrevista clínica y existen varios test que pueden ayudar a establecer este diagnóstico.
¿Cómo puedes ayudar a niños con síntomas de depresión?
- Prestar apoyo al niño explicándole que estamos para ayudarle
- Valorar sus emociones cuando las trasmita (por ejemplo: gracias por contármelo)
- Evitar frases que puedan hacer que está mal sentirse triste (por ejemplo: vaya tontería no es algo por lo que llorar)
- Hablarles en un lenguaje positivo
- Permitirle que exprese sus emociones del modo que precise ya sea llorando, gritando…
- Darle apoyo físico como abrazos y besos solo si lo necesita (podemos preguntar primero para no equivocarnos)
- Evitar contar su situación fuera de casa delante de él y menos aun cuando nos ha pedido que no lo hagamos
- Realizar planes de su agrado siempre respetando sus tiempos
- Acompañarlo en sus sesiones de psicología, formar parte de ella si el niño quiere y seguir las pautas del profesional
¿Cómo se trata la depresión infantil?
Una vez diagnosticada la depresión infantil o adolescente, es conveniente empezar una terapia psicológica. La terapia estará enfocada con el tratamiento con el menor para trabajar con la sintomatología que presenta, y podrá ayudar a reconocer estos síntomas, y los factores que los causan.
El primer objetivo es el reconocimiento de emociones, la tristeza es una emoción básica que debemos aprender a gestionar al igual que lo hacemos con el resto de emociones básicas como la alegría o la ira. Además, habrá sesiones destinadas al trabajo con los padres o familiares más cercanos del menor. Es importante contemplar todo su entorno y trabajar todos con el objetivo en común de que el niño mejore. Se puede trabajar también con el centro escolar, amigos, hermanos…o personas importantes para el niño, siempre y cuando haya el consentimiento de padres y del propio niño.
Además, también existen fármacos que pueden aliviar la sintomatología de la depresión, siempre combinada con la psicoterapia. La medicación ayuda a mejorar el estado de ánimo rápidamente mientras que el resto de factores van modificándose poco a poco con la terapia.