Implante Coclear: Rehabilitación logopédica

Pérdida de audición en niños

La pérdida auditiva o hipoacusia se produce cuando alguna de las partes del sistema auditivo (oído externo, medio o interno) no funciona correctamente. Puede verse alterado el funcionamiento del nervio auditivo, lo cual origina también una pérdida auditiva.

En el caso de los niños, esta hipoacusia puede causar problemas a nivel de desarrollo del lenguaje y el habla, además de afectar a las relaciones sociales. Por ello, se recomienda acudir al pediatra ante la mínima sospecha de que el niño no oiga bien, el cual derivará al especialista correspondiente para que haga la valoración pertinente, según la edad del niño.

Algunos de los signos o síntomas que manifiestan los bebés y los niños con pérdida auditiva pueden ser los siguientes:

  • No existe sobresalto ante ruidos fuertes.
  • No giran la cabeza hacia la fuente sonora a partir de cumplir los 6 meses.
  • Existe un inicio tardío del lenguaje. No dicen palabras sencillas como “mamá” a los 12 meses.
  • No se gira cuando le llaman por su nombre.
  • Existe alteración de la articulación de muchos de los sonidos del lenguaje.
  • Cuando se le habla pregunta “¿qué?” a menudo.
  • Eleva mucho el volumen de la televisión o de otros aparatos electrónicos.

Puede confundirse con otros problemas derivados de otras patologías o alteraciones, como el trastorno por déficit de atención.

Se diferencian dos tipos de hipoacusia, según el momento en que ocurre, respecto al desarrollo del lenguaje:

  • Hipoacusia prelocutiva: aparece en el momento del nacimiento o antes de que el niño comience a desarrollar su lenguaje y sus habilidades expresivas.
  • Hipoacusia postlocutiva: se da posteriormente a dicho desarrollo, cuando el niño ya ha comenzado a hablar.

Posibles causas

La pérdida auditiva puede producirse de manera total o parcial.

Entre las posibles causas se encuentran:

  • Causa hereditaria o por factores genéticos: la pérdida auditiva es congénita. En ocasiones, uno o los dos progenitores padecen una discapacidad auditiva, pero en un 20-30% de los casos, la causa es desconocida.
  • Existen otras causas que no se relacionan con la genética, sino más bien con traumas en la infancia, con infecciones (meningitis, sarampión, varicela) o con medicamentos que pueden ser dañinos para el oído.

¿Qué es un implante coclear?

Es un pequeño aparato electrónico que se utiliza para lograr que una persona con problemas graves de audición consiga oír.

Está formado por dos partes, una implantada dentro de la piel, en el hueso temporal del cráneo, que rodea al oído, y otra externa que se coloca por fuera, sujeta a la cabeza y al oído.

Los elementos que componen el implante, son los siguientes:

  • Micrófono/receptor. Recoge los sonidos del ambiente.
  • Procesador de lenguaje. Organiza los sonidos que selecciona el micrófono.
  • Antena. Envía las señales digitales que recibe al implante y a los electrodos.
  • Estimulador/receptor. Recoge las señales del procesador para convertirlas en impulsos eléctricos.
  • Electrodos. Envían las señales emitidas por el estimulador hacia la cóclea.

Suele emplearse tanto con niños como con adultos, pero no es adecuado para todos los casos ni todos ellos alcanzan el mismo nivel de audición con el uso de este dispositivo.

Para valorar si una persona es candidata a recibirlo, lo cual debe ser evaluado por un especialista de otorrinolaringología. Asimismo, hay que tener en cuenta que el proceso puede ser muy largo, llegando en algunos casos a necesitar valoración psicológica, además de tener en cuenta los riesgos de implantarlo como ocurre con cualquier otra intervención quirúrgica. Después de la cirugía, hay que aprender a utilizarlo en el día a día, ya que el procesamiento de los sonidos es diferente a cómo lo realiza el oído humano, y existe también un período de adaptación que puede acarrear muchas molestias para la persona.

Rehabilitación logopédica

La rehabilitación logopédica se basa en trabajar actividades relacionadas con:

  • Detección y discriminación de sonidos del medio ambiente (animales, objetos de la casa, sonidos del tiempo, etc).
  • Discriminación auditiva de sonidos/palabras con otros sonidos de fondo.
  • Memoria secuencial auditiva, repitiendo series de sonidos/palabras que escucha, en el mismo orden.
  • Comprensión auditiva de palabras/frases/textos.
  • Articulación adecuada de fonemas/palabras.

Es importante realizar el diagnóstico lo antes posible para comenzar la rehabilitación logopédica en cuanto el implante sea activado y así lograr que el niño se adapte rápidamente al mismo y comience a oír lo máximo posible. Cuando el niño nace con una hipoacusia muy grave, el inicio temprano de esta intervención, facilitará que el desarrollo de su lenguaje y su comprensión auditiva se acerque más al nivel de normalidad esperado para su edad. Cuando la pérdida de audición es posterior a la adquisición del lenguaje, la rehabilitación logopédica se ve facilitada por el repertorio de sonidos que el niño conoce, por lo que presenta ya una base para comenzar a trabajar con el implante coclear.

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