Trastorno por déficit de atención (TDAH), todo lo que debes saber

El Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) es una condición neurobiológica que afecta a niños y adultos en todo el mundo.

Es importante entender cómo esta condición puede afectar en la vida diaria de nuestros hijos/as y cómo podemos brindarles el mayor apoyo posible. En este artículo, exploraremos qué es el TDAH, cómo se diagnostica, su tratamiento y qué estrategias pueden ayudarnos como padres y madres a manejar los desafíos que presenta esta condición.

¿Qué es el trastorno de déficit de atención e hiperactividad (TDAH)?

El TDAH es un trastorno del neurodesarrollo que se caracteriza por dificultades para prestar atención, hiperactividad y/o impulsividad. Es importante, sí se sospecha de que alguien pueda tener TDAH pedir ayuda, ya que un diagnóstico temprano y un tratamiento adecuado pueden mejorar la calidad de vida de la persona afectada.

Tipos de TDAH

Existen 3 tipos principales de TDAH: predominantemente hiperactivo-impulsivo, predominantemente inatento y combinado.

  • El tipo predominantemente HIPERACTIVO-IMPULSIVO se caracteriza por síntomas como la dificultad para estar quieto, la impulsividad en la toma de decisiones y la tendencia a actuar sin pensar en las consecuencias
  • El tipo predominantemente INATENTO se manifiesta con dificultades para prestar atención, seguir instrucciones, organizar tareas y recordar detalles.
  • El tipo COMBINADO incluye síntomas de ambos subtipos, es decir, dificultades tanto en la atención como en la hiperactividad e impulsividad.

Es importante recordar que cada persona con TDAH puede presentar una combinación única de síntomas y que el tratamiento debe ser individualizado.

Posibles causas

Las causas exactas del TDAH no se conocen con certeza, pero se cree que una combinación de factores genéticos, neurobiológicos y ambientales puede contribuir al desarrollo de este trastorno.

Se ha observado que el TDAH tiende a ser hereditario, lo que sugiere que hay un componente genético involucrado. Además, se ha encontrado que ciertas diferencias en la estructura y funcionamiento del cerebro, así como desequilibrios en los neurotransmisores, pueden estar relacionados con el TDAH.

Factores ambientales, como la exposición a toxinas durante el embarazo, consumo de tabaco, alcohol o drogas durante el embarazo, el nacimiento prematuro o bajo pesa al nacer, y la exposición a altos niveles de plomo en la infancia, también se han asociado a un mayor riesgo de desarrollar TDAH.

El TDAH es un trastorno complejo y multifactorial en el cual la interacción de varios factores puede influir en su desarrollo.

Síntomas

La característica principal del trastorno por déficit de atención/hiperactividad (TDAH) es un patrón persistente de inatención y/o hiperactividad- impulsividad que interfiere con el funcionamiento o el desarrollo.

La inatención se manifiesta conductualmente en el TDAH como desviaciones en las tareas, falta de persistencia, dificultad para mantener la atención y desorganización que no se deben a un desafío o falta de comprensión.

La hiperactividad se refiere a una actividad motora excesiva (como un niño que corretea) cuando no es apropiado, o a jugueteos, golpes o locuacidad excesivos. En los adultos la hiperactividad puede manifestarse como una inquietud extrema y un nivel de actividad que cansa a las otras personas.

La impulsividad se refiere a acciones apresuradas que se producen en el momento, sin reflexión, y que crean un gran riesgo de dañar al individuo (p.ej., ir corriendo a la calle sin mirar). La impulsividad puede reflejar un deseo de recompensas inmediatas o la incapacidad de retrasar la gratificación. Los comportamientos impulsivos pueden manifestarse como una tendencia a inmiscuirse socialmente (p.ej., interrumpir excesivamente a los otros) y/o tomar decisiones importantes sin tener en cuenta las consecuencias a largo plazo (p.ej., aceptar un trabajo sin información adecuada).

Diagnóstico

El TDAH empieza en la infancia. El requisito de que varios síntomas estén presentes antes de los 12 años de edad transmite la importancia de una presentación clínica sustancial durante la infancia.

Al mismo tiempo, no se especifica una edad de inicio más temprana por las dificultades para establecer retrospectivamente y con precisión el inicio durante la infancia. La memoria de los síntomas infantiles en los adultos tiende a ser poco fiable y convendría obtener información adicional.

Las manifestaciones de trastorno deben estar presentes en más de un entorno (p.ej., la casa, el colegio, el trabajo). La confirmación de los síntomas sustanciales en los diferentes entornos normalmente no se puede realizar con precisión sin consultar con informantes que hayan observado al individuo en esos contextos.

De manera característica, los síntomas varían dependiendo del contexto dentro de cada entorno. Los signos del trastorno pueden ser mínimos o estar ausentes cuando el individuo recibe recompensas frecuentes por comportamientos apropiados, está bajo estrecha supervisión, está en una situación nueva, está participando en actividades especialmente interesantes, tiene una estimulación externa constante (p.ej., por pantallas electrónicas), e está en situaciones donde interactúa cara a cara con otra persona (p.ej., la consulta del clínico).

Características asociadas que apoyan el diagnóstico

Los retrasos leves del desarrollo lingüístico motor o social no son específicos del TDAH, pero frecuentemente concurren. Entre las características asociadas se pueden incluir la baja tolerancia a la frustración, la irritabilidad y la labilidad del estado de ánimo.

Incluso en ausencia de un trastorno específico del aprendizaje, muchas veces está deteriorado el rendimiento académico o laboral. El comportamiento inatento está asociado a varios procesos cognitivos subyacentes y los individuos con TDAH pueden mostrar problemas cognitivos en las pruebas de atención, de función ejecutiva o de memoria, aunque estas pruebas no son suficientemente sensibles para servir de indicios diagnósticos.

Al llegar a la juventud, el TDAH se asocia a un mayor riesgo de intentos de suicidio, principalmente cuando hay trastornos comórbidos del estado de ánimo o de la conducta o exista consumo de sustancias.

Ningún marcador biológico es diagnóstico para el TDAH.

Desarrollo y curso

Muchos padres observan la actividad motora excesiva por primera vez cuando el niño está en la primera infancia, pero los síntomas son difíciles de distinguir de los comportamientos normales, muy variables antes de los de 4 años.

El TDAH se identifica más frecuentemente durante la escuela primaria, cuando la inatención llega a ser más destacada y deteriora el rendimiento. El trastorno es relativamente estable durante la adolescencia temprana, pero algunos individuos tienen un curso que empeora con la aparición de comportamientos antisociales.

En la mayoría de los individuos con TDAH, los síntomas de hiperactividad motora llegan a ser menos obvios durante la adolescencia y la vida adulta, aunque pueden persistir las dificultades debidas a la inquietud, la inatención, la poca planificación y la impulsividad. Una proporción sustancial de niños con TDAH tienen deterioros que persisten durante la edad adulta.

En la etapa preescolar, la principal manifestación es la hiperactividad. La inatención llega a ser más marcada durante la edad primaria. Durante la adolescencia, los signos de hiperactividad (p.ej., correr y trepar) son menos frecuentes y pueden limitarse al jugueteo o a una sensación interior de nerviosismo, inquietud o impaciencia. En la edad adulta, junto con la inatención y la inquietud, puede ser problemática la impulsividad aun cuando la hiperactividad ha disminuido.

Tratamiento

Los tratamientos estándar para el TDAH en los niños incluyen medicamentos, terapia cognitivo-conductual, asesoramiento y servicios educativos. Puede llevar un tiempo determinar qué funciona mejor para tu hijo.

El tratamiento psicológico es uno de los pilares del tratamiento de los pacientes con TDAH, ya sea solo o combinado con algún medicamento, este se realiza de manera individualizada en función de cada paciente y su familia. Tiene por objetivo mejorar los síntomas y reducir la aparición de otros trastornos asociados, ya que por el momento no existe una cura para el TDAH.

Se recomienda la terapia psicológica cognitivo-conductual como tratamiento inicial si:

  • Los síntomas del TDAH son leves.
  • Hay una notable discrepancia sobre la frecuencia e intensidad de los síntomas entre los padres o entre éstos y los profesores.
  • El diagnóstico de TDAH no es claro.
  • Son menores de 5 años.

Si, por el contrario, la repercusión de los síntomas de TDAH es importante en su vida diaria, se recomienda el tratamiento combinado, que incluye tratamiento psicológico conductual, intervención psicopedagógica y tratamiento con medicamentos.

¿En qué consiste el tratamiento psicológico para el TDAH?

Las intervenciones psicológicas que han mostrado evidencia científica positiva para el tratamiento TDAH se basan en los principios de la terapia cognitivo conductual (TCC).

  • Terapia de conducta

Es una terapia psicológica que se basa en un análisis de la conducta. Se identifican los factores que están manteniendo la conducta inadecuada y se delimitan las conductas que se desea incrementar, disminuir o eliminar.

  • Entrenamiento para los padres

Se trata de un programa de tratamiento conductual que tiene como objetivos:

  • Dar información sobre el trastorno a los padres.
  • Enseñarles a modificar la conducta de sus hijos.
  • Incrementar su competencia como padres y
  • Mejorar la relación paterno-filial mediante una mejor comunicación y atención al desarrollo del niño.
  • Terapia cognitiva

Consiste en proporcionar a los niños y adolescentes con TDAH:

  • Entrenamiento en técnicas de autoinstrucciones, autocontrol y solución de problemas.
  • Entrenamiento en habilidades sociales.

Los niños y adolescentes con TDAH presentan a menudo problemas de relación con la familia, falta de habilidades sociales y problemas de relación con sus compañeros.

La intervención psicopedagógica constituye un pilar fundamental en el tratamiento combinado del TDAH. Comprende las intervenciones encaminadas a mejorar el rendimiento académico del niño o adolescente (mediante reeducación psicopedagógica) y aquellas dirigidas a la mejora del entorno escolar y, por lo tanto, a su adaptación a éste (mediante un programa de intervención en la escuela y la formación a los docentes).

Para la mayoría de los niños, los medicamentos estimulantes son una forma segura y eficaz de aliviar los síntomas del trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH), estos medicamentos ayudan a los niños con TDAH a enfocar mejor sus pensamientos e ignorar las distracciones. Esto hace que sean más capaces de prestar atención y controlar su comportamiento.

Los estimulantes se pueden usar solos o combinados con terapia para tratar a niños con TDAH. Los estudios muestran que aproximadamente el 80% de los niños con TDAH que reciben tratamiento con estimulantes mejoran en gran medida una vez que se determina el medicamento y la dosis apropiados.

Hay dos formas de estimulantes disponibles:

Los medicamentos de liberación inmediata (de rápida acción) generalmente se ingieren cada 4 horas, cuando es necesario. Son los medicamentos más económicos.

Los medicamentos de liberación prolongada (de acción intermedia y acción prolongada) generalmente se ingieren una vez por la mañana. Los niños que reciben estimulantes de liberación prolongada pueden evitar la ingesta de medicamentos en la escuela o después de la escuela.

¿Qué medicamento para el TDAH es mejor para mi hijo/a?

Hay que tener en cuenta que podría llevar algún tiempo encontrar el medicamento, la dosis y el horario apropiados para su hijo. Es importante ser paciente con el proceso. Es posible que su hijo necesite probar diferentes tipos de estimulantes u otros medicamentos. Algunos niños responden a un tipo de estimulante, pero no a otro.

En relación a cuál es la dosis necesaria, también es posible que deba ajustarse la cantidad de medicamento (dosis) que su hijo/a necesita. La dosis no se basa únicamente en el peso del niño. La dosis cambiará con el tiempo para obtener los mejores resultados y controlar los posibles efectos secundarios.

Finalmente, respecto al momento en qué se debe de administrar, es posible ajustar el horario del medicamento acorde al resultado deseado. Por ejemplo, si la meta es aliviar los síntomas principalmente en la escuela, su hijo/a podría ingerir el medicamento únicamente los días que va a la escuela.

Bibliografía:

https://www.healthychildren.org/Spanish/health-issues/conditions/adhd/Paginas/determining-adhd-medication-treatments.aspx

https://www.mayoclinic.org/es/diseases-conditions/adhd/diagnosis-treatment/drc-20350895

https://enfamilia.aeped.es/temas-salud/trastorno-por-deficit-atencionhiperactividad-tratamiento

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