El sistema sensorial humano es una red compleja que nos conecta con el mundo que nos rodea. Sin embargo, para algunas personas, esta conexión puede volverse abrumadora y desafiante. El Trastorno del Procesamiento Sensorial (TPS) es un fenómeno que afecta la forma en que el cerebro recibe, organiza e interpreta la información sensorial del entorno dando una respuesta desajustada a dichos estímulos. En este artículo, profundizaremos más en el TPS, para conocer cómo puede afectar, y qué podemos hacer ante ello.
Contenido de este artículo
Toggle¿Qué es el Trastorno del Procesamiento Sensorial?
El Trastorno del Procesamiento Sensorial es una condición neurológica que afecta la capacidad del cerebro para interpretar la información sensorial de manera precisa. Esta información incluye señales provenientes de los cinco sentidos clásicos (vista, oído, tacto, gusto y olfato), así como del sentido propioceptivo (conciencia del cuerpo en el espacio), del vestibular (equilibrio y movimiento) y del interoceptivo (lo que sucede dentro del cuerpo). Las personas con TPS pueden tener dificultades para procesar y organizar estas señales, lo que puede llevar a respuestas inusuales, desafiantes, o no dar respuesta frente a estímulos cotidianos.
Características del Trastorno del Procesamiento Sensorial.
- Hipersensibilidad: Algunas personas con TPS pueden experimentar hipersensibilidad, lo que significa que son extremadamente sensibles a la exposición a ciertos estímulos. Por ejemplo, luces, ruidos o texturas que pueden resultar abrumadoras y provocar una respuesta emocional intensa, incluso aún siendo una leve exposición a estos. Hablamos de hiperreactividad por su tipo de respuesta.
- Hiposensibilidad: Por otro lado, otras personas pueden experimentar hiposensibilidad, lo que implica una disminución de la sensibilidad a ciertos estímulos. Estas personas pueden buscar estimulación sensorial adicional, como tocar objetos intensamente o buscar experiencias sensoriales extremas. Pueden no dar respuesta o dar una respuesta ligera, aún exponiéndose a un estímulo intenso. Hablamos de hiporreactividad.
- Dificultades de coordinación: El TPS puede afectar la coordinación motora fina y gruesa. Actividades como abrocharse los botones, escribir a mano o participar en deportes pueden resultar desafiantes.
- Problemas de concentración: Las personas con TPS pueden tener dificultades para filtrar información sensorial no relevante, lo que puede afectar a su capacidad para concentrarse.
¿Cómo puedo identificarlo?
Es posible darnos cuenta de que algo pasa al presentar problemas de conducta, de aprendizaje, motores, de alimentación, e incluso dificultades a la hora de identificar la información que recibimos desde los órganos (cuándo tiene frío o calor, si tiene hambre o no, control de esfínteres, entre otras).
Para su diagnóstico es preciso hacer una evaluación integral en la que se considere la historia clínica y la observación del comportamiento, para recopilar información sobre las respuestas sensoriales del individuo en diferentes situaciones y entornos.
Todo ello a través de entrevistas, instrumentos estandarizados de valoración y cuestionarios a las familias.
La colaboración interdisciplinar es fundamental para obtener un diagnóstico preciso. Los Terapeutas Ocupacionales (TO), en particular, pueden desempeñar un papel crucial en la evaluación de las habilidades motoras, la coordinación y las respuestas sensoriales del individuo.
Causas y Factores de Riesgo.
Las causas exactas del TPS no están completamente comprendidas, pero la investigación actual sugiere una interacción compleja entre la genética, el desarrollo del sistema nervioso y las experiencias ambientales tempranas. Algunas condiciones, como el Trastorno del espectro autista (TEA) y el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH), están asociadas con un mayor riesgo de TPS.
¿Qué podemos hacer?
La intervención con personas con TPS se basa en enfoques individualizados que abordan las necesidades específicas de cada persona, ya que a medida que continuamos explorando y comprendiendo, es esencial reconocer que cada individuo es único.
Desde el área de la terapia ocupacional utilizamos diferentes abordajes, según la característica del TPS que tengamos que trabajar, como:
- La exposición gradual a estímulos, utilizando técnicas de modulación sensorial para ayudar a regular las respuestas emocionales.
- Proporcionar experiencias sensoriales equilibradas para mejorar la conciencia y la respuesta al entorno.
- Actividades ocupacionales diseñadas para mejorar la destreza y la coordinación. El enfoque incluye tareas que involucren movimientos precisos y actividades que estimulen el desarrollo de habilidades motoras finas y gruesas.
- Enseñar estrategias para regular sus emociones frente a la sobrecarga sensorial. Esto incluye técnicas de relajación, mindfulness y la identificación de señales sensoriales que pueden desencadenar respuestas emocionales.
- Terapia Sensorial, que incluye actividades diseñadas para desensibilizar o estimular los sentidos de manera controlada y terapéutica. La terapia puede llevarse a cabo en el entorno clínico y ampliarse a situaciones de la vida diaria.
El o la TO, puede abordarlo a través del método de la integración sensorial de AyresⓇ el cual está basado en la evidencia y trabaja lo sensorial, a través del juego y las relaciones; está centrado en la persona para conseguir que esta se involucre de forma exitosa usando respuestas adaptativas.
Trabajar en estrecha colaboración con otros profesionales de la salud y educadores, es clave para abordar de manera integral las necesidades del individuo con TPS.
También las modificaciones ambientales, el aprendizaje y la comprensión por parte de las familias, personas educadoras y la comunidad son fundamentales para apoyar a quienes viven con TPS.
La familia juega un papel central en el apoyo emocional del individuo. Entender las necesidades sensoriales de su hijo o hija y brindar un ambiente de apoyo puede marcar la diferencia en su bienestar emocional.
- Incorporación de Estrategias en el Hogar:
Implementar estrategias de modulación sensorial en el hogar puede ser beneficioso. Crear un ambiente calmado y predecible, proporcionar áreas de relajación y ofrecer opciones sensoriales controladas son formas efectivas de apoyar a niños o niñas con TPS.
- Promoción de la Autonomía:
De la mano del/la Terapeuta Ocupacional, fomentar la autonomía del niño o niña al enseñarle estrategias de autorregulación y proporcionar oportunidades para que practique estas habilidades en diferentes entornos.
En definitiva, el Trastorno del Procesamiento Sensorial presenta desafíos únicos, pero con un enfoque integral y un apoyo adecuado, los individuos pueden aprender a navegar por el laberinto sensorial de manera más efectiva. Desde la perspectiva de un Terapeuta Ocupacional, es emocionante ser parte del proceso de empoderar a las personas con TPS para que alcancen su máximo potencial y participen plenamente en la vida diaria. La colaboración entre profesionales de la salud, educadores y familias es esencial para construir un camino hacia el bienestar y la inclusión.